domingo, 20 de septiembre de 2009

El hombre de los binoculares


El hombre de los binoculares

Manuel es un hombre extraño, vive solo en un condominio pegado al expreso Las Americas en San Juan. Se ha mudado a ese lugar por la comodidad que representa al estar bastante cerca de su trabajo , evitando con esto el no tener que coger entaponamientos del tráfico todos los días. Por otro lado le queda cerca Plaza las Américas, el super Mercado, la farmacia y el parque para correr por las tardes.
Manuel, se mudó en esos edificios recientemente y vive en un piso quince . Casualmente, le ha tocado un apartamento pegado al expreso las Américas donde el ruido es insoportable por el día y en la noche apenas se puede dormir con las motoras corriendo y haciendo escandalos de gran magnitud. Casi no se puede escuchar cuando uno habla con alguien por telefono, Los ruidos lo están volviendo loco y pensando en eso se asoma al balcón, desde allí observa que en el edificio próximo viven una serie de personas muy interesantes y sin querer se pone a observar lo que hacen , que dicen , como se comportan, en fin el tipo se convierte en un adicto a brechar como se dice aquí en Puerto Rico , ligon se le llama a todo aquél que dedica su tiempo a ocultarse detrás de unos binoculares y violar la privacidad de los demás.
Todo esto, porque se había retirado y no tenía mucho que hacer con su vida ya que nunca estuvo ni estaba casado. Un hombre muy extraño y solitario, que no le gustaba tener responsabilidades. Aún cuando estaba entrando en los 50 años.
Esa tarde empezó a observar los vecinos del edificio de enfrente que dicho sea de paso él no sabía quienes eran pues el no conversaba con nadie de ese lugar. Como dije anteriormente el se convirtió en un adicto al brecheo,convirtiendo algunos de sus vecinos casi como de su familia ya que conocía las vivencias de ellos, sus ratos eroticos, su desnudez porque hasta eso se aprovechaba de mirar una hembra como Iris Chacón con un pelo largo colorao y un fundillo que ¡Madre Santisima! , ¡echa arroz que carne hay! Para quedarse uno sin respiración. Se movía con un movimiento de caderas que daba gusto y el dejaba de comer si ella estaba haciendo sus quehaceres domesticos ,pues al llegar a la casa se quitaba toda la ropa y se quedaba como su madre la parió ¡desnudita!, aunque era media gordita la condena, pero estaba buenisima.
Toda esa lujuria le pasaba por la mente a Manuel, mientras se saboreaba con la lengua haciéndosele la boca agua.
Como a las cinco y media llegaba el marido de la pelirroja y ella lo esperaba después de darse un baño con petalos de rosa y luego se frotaba ungiéndose en aceites afrodisiacos aromatizantes de almicle y sándalo. Se secaba con mucho cuidado acariciando su piel como disfrutando del ritual. El marido ponía todo sobre la mesa y se tiraba en la cama para que ella le quitara toda la ropa y ahi comenzaba Manuel a gozar como si estuviera realizando con ellos una orgia , tejia una fantasia inigualable, mientras se tiraba la escena de la cópula y todos los números eróticos del kama sutra que practicaba la pareja .
Luego cuando apagaban la luz el se cambiaba de canal y cogía el segundo apartamento , allí vivia una mujer bien rara , una pintora muy excéntrica pues no sólo era rara en su persona ya que vestía de forma muy extraña para mi gusto. Ella parecía una hippy de esas de los años 60 . Se sentaba con una taza de té todas las noches a pintar un cuadro que nunca terminaba y cuando llegaba la hora de acostarse lo cubria con un paño y yo no lograba percibir a esa distancia lo que estaba pintando ya que no se veía más que un costado de su persona, desde el balcon del apartamento en que vivía.
Me intrigaba cada día más lo que pasaba en la vida de esas personas y en mi mente surgió la idea de ver más allá de mi balcón, metiéndome en sus casas cuando ellos salían y revisar un poco de su intimidad. No era algo dificil ya que el guardian del edificio tiene las llaves de todos los apartamentos por si ocurriera algún accidente. Pensaba Manuel , yo se como las voy a conseguir.
Un día se acercó a ofrecerle café y cigarillo al guardian y éste de ahí para alante me daba conversación. Un buen día lo invitó a su apartamento a comer y le dio unas cuantas cervezas, de manera que el invidividuo terminó roncando y le pudo quitar las llaves de los apartamentos para sacarle copias. De tal forma que al otro día se las ingenió para devolverle las llaves sin que éste se diera cuenta
El no tenía problemas que lo encontraran rebuscando en los apartamentos agenos pues sabía exactamente a la hora que llegaban , así que le daba tiempo no sólo de registrar en cada hogar, sino hasta comer algo de las neveras de sus vecinos. Oler las ropas de la mujer que lo traía loco de solo recordar su desnudez. Se excitaba de solo buscar entre las prendas íntimas de aquella mujer y escudriñaba como un enfermo cada detalle tomando algunas cosas de la casa para llevarlo con él.
Cuando llegó la hora de ir al apartamento de la pintora, hizo lo mismo que en el apartamento anterior, pero antes de hacerlo fue directamente al lugar donde ella se sentaba a pintar el dichoso cuadro que el no podía ver desde su balcon, entonces retiróel paño que lo cubría y para sorpresa de él , se trataba de un cuadro en que el hombre de la composición pictórica era él mismo,mirando desde su apartamento hacia los apartamentos en los que se encontraba en ese instante. Su mirada, era como la de un ciego, una mirada perdida en el espacio. Se asustó, porque él nunca había visto la pintora mirar hacía su casa y probablemente ella se dio cuenta que él la estaba espiaba
todos los días. Manuel se asustó y de pronto se asoma al balcon de la pintora y mira para su apartamento, observa que en el apartamento de su propiedad, se encuentran reunidos todos los inquilinos de esa torre que lleva un tiempo observando. La mujer voluptuosa que se paseaba desnuda, el esposo, la pintora y hasta el mismo guardian del edificio . Todos, estaban brindando con sus copas y compartiendo como si vivieran en ese lugar. Era algo insólito , increible como habían podido entrar a su casa se preguntaba, mientras a pasos gigantezcos llegaba a su apartamento, introducía la llave en la cerradura y abría la puerta. De repente encontro todo tranquilo, no habia nadie. Todo estaba en orden como lo había dejado antes de salir. A partir de aquella tarde perdió la noción de la realidad, ahora era incapaz de diferenciar entre sus sueños y sus estados de vigilia, los actos verdaderos de las fantasías.

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